viernes, 30 de marzo de 2007

Casita de campo...

Luego de tratar unas 75684 veces de postear algo sin resultado alguno (problemas técnicos con Youtube), en mi paseo diario por sus blogs me encontré con algo bien agradable que me trajo muchos recuerdos.

No sé si conocen el blog de Pedro Genaro, uno de mis favoritos, al que defino un “Animal Planet dominicano” porque en él comparte fotografías excelentes que él mismo toma de animales, plantas y paisajes nuestros, mostrando bellezas que ni sabía que existían aquí.

Hoy Pedro (quien además está de cumple… Felicidades!!!) mostró varias fotos que me hicieron trasladarme a la época en que siendo niña iba al campo de vacaciones…

Mi abuela tenía la típica casa de campo de madera pintada de azul claro y rosado, techada de zinc. El piso de cemento pulido de un color gris casi negro literalmente brillaba de limpio… En la sala, unos muebles rojos y las dos mecedoras con cojines de muchas tiritas de colores, donde se sentaban mis abuelos.

En el comedor de 8 sillas de guano se servían dos desayunos, el primero, bien tempranito que consistía en leche, chocolate, leche con café o té acompañado con pan traído “del pueblo”… Como a las 9:30 se servía víveres (esa yuquita blandita acabada de cosechar) acompañados de huevos criollos. Al medio día rayando servían la abundante comida (por si alguna visita se apareciera a esa hora) con mucho arroz, habichuelas, pollo criollo y mucha ensalada… Ahí, en una mesa de esquina, la tinaja, con el agua (de manantial o pozo) más fresca y dulce que haya probado jamás y ahí mismo enganchados en palitos que se incrustaban en las tablas, unos jarros de aluminio que espejeaban de limpios. En el vasero abuela ponía los vasos de vidrio, rameados, para las “visitas”.

Las habitaciones siempre estaban nítidas, las camas tendidas con sábanas de un olor a limpio eterno y bien “estericaditas” sin una sola arruga. Nadie salía de su habitación sin antes dejarla arreglada.

Afuera, la cocina con su fogón, llena de utensilios que también espejeaban porque a pesar de que se tiznaban, se les brillaba con brillo fino y jabón de cuaba… nunca vi una olla negra ni nada que se le pareciese.

El patio de tierra, ya barrido desde muy temprano, lleno de flores, de crotos, de cayenas, de matas de guayaba y cajuil… Y en una mata de naranja un columpio que me improvisó mi tío aquella vez con una gruesa soga que usaban para amarrar las vacas…

Qué linda era aquella casita donde todo tenía su lugar, todo en orden, todo limpio y cuánto tenían que trabajar las mujeres para mantenerlo así… Largos viajes al pozo, subiendo y bajando lomas con una lata grande, con su redecilla, más cuatro galones más en las manos, viajes a buscar la leña para el fogón y a cortar escobas… Sin contar cuando debían recoger cacao o café, tostarlo y majarlo en un gran pilón donde también se majaba arroz…

Qué linda era aquella casita de la que hoy sólo quedan sus cimientos… Y los recuerdos…

16 comentarios:

Anónimo dijo...

ay, rosannita, qué ganas de conocer aquello contigo
un beso grande, de
amor

Joan Guerrero dijo...

Lo mejor queda en memoria de quienes desean sentir el pasado siempre. Y tú tienes las cualidades para ello. Gracias por dejarnos entrar en la casita de abuela y del blog de Pedro, otro blogger a quien visitar.

Un saludo!

caminante dijo...

Rosanita: Aunque soy capitaleño y vivo en New York Desde que tenia 7 años de edad, me puedo imaginar eso que describes, suena como el paraiso. en cual de tantos pueblos vivia tu abuela?

DrLacxos dijo...

La sensación que sentí al recordar esas casitas!, esa casa de los recuerdos! mi casita en RD!

Liga Softcodia dijo...

ahhh los recuerdos...caramba, ponen a uno, melancolico...

Palanteflash dijo...

se de lo que habalas mis abuelos tuvieron su casita tambien,y en vacaciones yo me olvidava de la ciudad por lo mucho que se disfrutaba alli.ellos viven en la ciudad ahora y hay veces que solo les queda a uno escuchar y comentar todas esa vivencias.

Unknown dijo...

ay rosannita, hoy hiciste un lunes de recuerdos hermoso. yo a mi abuelita de ojod e agua y su hermosa casa, le he escrito poemas, un corto, pero le deberé siempre las fotos. qué dulce.

Zumo de Vidrio dijo...

Caramba prima, con su relato me fuí lejos,, para allá, para la linea..!
Que recuerdo más bonito,, dichosos los que podemos tenerlos..!!


Te sigo,,
Z de V.

Principemestizo dijo...

diache qu emelancolia me entro, yo tambien tengo en mis recuerdos una casita asi!!

Anónimo dijo...

Leyendolo me parecio volver a vivir esos recuerdos, la casa de mi abuelita era amarilla, pero lo demas lo vivi asi mismo, ese café tan rico con un pancito calientito, luego el desayuno fuerte, la comida, y a media tarde abuelo nos hacia una "palangana" de frutas. algo que nunca he podido entender como comiamos tanto y no nos explotabamos de la gordura.

km

Ginnette dijo...

Lástima que no tengo familias en el campo y no pude compartir experiencias como esta. Siempre que me paseo por el interior del pais me adentro a sus casas y me imagino sus vidas, que felicidad. Excelente post amiga!

Sue Soto dijo...

ke dindo.. tu post me trajo muchos recuerdos.. cuando iba a Bani en las guaguas boladoras o la expreso..mami se iva en la primera ke viniera pa llegar temprano...ke vida..

bechitos..

BB dijo...

que chévere tu post, tu descripción excelente me recordó también parte de mi niñez en Gaspar Hernández.

Un abrazo señorita!

In dijo...

Vaya..vaya...me has hecho remontarme a mi infancia, donde iba cada verano a la finca de mis abuelos en barahona, que momentos, en aquel entónces para mi la casa era enorme, hace 7 años que no voy y recuerdo que en esa ocasión me encontré que la casa había achicado, sin darme cuenta de que era yo la que había crecido.
Sueño con poder ir estas vacaciones a ese hermoso lugar de mis recuerdos de infancia.
Excelente post!!

Pedro Genaro dijo...

Rosannita, es como me dijo recientemente un amigo...la vida no es lo que vives...sino lo que recuerdas!

Gracias por ese post tan bello y por ponerme de referencia...es un honor!

luima dijo...

Es importante conservar nuestars raices, yo acabo de restaurar la casita donde papa nacio, no vale nada en terminos materiales, pero no tiene precio para nosotros. Muy buen post.